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Mi experiencia con los hongos

Cuando era niña escuchaba la palabra hongo y la  asociaba  con cuentos de duendes y hadas, el típico hongo rojo con puntitos  blancos. Ya en mi época escolar  preparatoriana y años más, los  relacionaba con la onda hippie y los intuía misteriosos y prohibidos, pues en ese entonces leí en la popular revista Selecciones,  sobre la tradición del uso ceremonial y curativo de los hongos alucinógenos, usados por la indígena mazateca de Oaxaca, María Sabina Magdalena García, famosa en México y tierras lejanas por su medicina natural.

El caso es que mi percepción sobre los  hongos fue  evolucionando de acuerdo a las  vivencias de mi edad: de cuento tipo Cachirulo a leyenda de chamanes, para  luego ser  historia con tintes esotéricos y exóticos, novelescos e incluso mortales.

Pasaron los años y fue ya casi en la  madurez  de mi vida, cuando supe que son un alimento nutritivo y “light “además de ser democráticos porque están en las  mesas  más  humildes de ciertas  regiones  del país por  ser  silvestres  y asimismo en la  mesas mas gourmet, por venderse en mercados y en  tiendas de autoservicio.

Tras este breviario de vida he de contarles que en el presente los  hongos  son uno de los alimentos  favoritos de mi familia … y  por lo que me  doy cuenta son extravagantes para  muchas personas por  no decir , raros,  ya que cada  vez que voy  a una conocida  tienda  transnacional de membresía (COSTCO) a comprarlos, hombre  o mujer al ver la  cartera de hongos en el carrito del super me preguntan… ¿Cómo los cocina? ¿cómo los  come? y  yo risueña y haciéndome cosquillas, con singular  alegría  les  describo la  preparación, incluso he pasado por  teléfono la  receta, dado que cuando se los encargo a mi marido se le  acercan con curiosidad  y  les  da mi número de celular.

Los  hongos son muy generosos porque no son tan caros y además fáciles  de cocinar. Hay infinidad  de  recetas, pero  yo soy práctica para prepararlos:  Solo  los limpio con un cepillo , les quito el tallo y en un sartén antiadherente  con poco aceite de oliva, los  salpimento  y los cocino por  ambos lados pocos minutos  y  tapo el recipiente… Así  es  una forma, la otra  es  igual, con la diferencia de   que los  relleno de queso o de  atún, de lo que se me ocurre, ésto en la estufa, pero también pueden ser cocinados en el horno de microondas  por 4  minutos con ambas preparaciones.

De  cualquiera  de las  dos formas pueden comerse acompañados de una porción de arroz, pasta, ensalada o puré de papa. O bien pueden comerse en pan como si fuera una hamburguesa . Y tan tan.

Cualquier duda pregúntenme que me  encantará contestarles.

Por Olga Lidia Morales Anaya