Como ya bien todos sabemos la marca de refrescos o (sodas) para el noroeste del país Coca Cola, se ha caracterizado por sus campañas publicitarias con tintes humanistas, muy emotivos y con sensación realista. Pero independientemente de los contenidos, tratando de visualizar o imaginar la producción, es inevitable ver el gran sentido común y sencillez con la que visualizan los genios de estas campañas sus productos finales.
Todos sabemos «quel» envase, «quel» color del envase, «quesque» te hipnotiza, «quel» liquido… y que no se que tantas cosas más se han dicho durante años, mitos y verdades sobre el producto Coca Cola, pero la realidad de todo es que además del ya bien disfrutado refresco por todas las familias, sus campañas publicitarias siempre han sido la vanguardia mundial.
Aunque debemos decir, y también cualquier persona que no necesariamente pertenezca al mundo de la mercadotecnia y la publicidad lo puede decir, que el éxito rotundo del producto genera ventas por si solas y esto supondría que este no es un reto muy grande para los publicitas y productores a la hora de elegir sus temas, pero sería injusto calificarlo así, pues gozan de una intachable reputación y siendo que este producto se encuentra en el mercado desde el siglo antepasado ¡casi nada eh! es difícil pensar que no es un gran esfuerzo el que se encuentra detrás de estas formidables campañas e ideas de todos estos genios publicistas.
Su logotipo, su envase, su color, su sabor, su marca y el concepto con el que inconfundiblemente asociamos este producto, lo hace prácticamente el producto de productos… hasta su fonética, Coca Cola.